viernes, 13 de septiembre de 2013

Lorenzo..

Cuando ví esta película era una niña de unos 5 años, tal vez, y en mi mente quedó grabada esa imágen de un niño postrado en su cama, y su mamá metiéndole un tubo por la boca para aspirar sus secreciones
Fue la parte que más me asusto, por así decirlo, en aquella pantalla megagigante del cine, entonces me abrace a mi mamá y me quede viendo la película con mucha atención. Obviamente no entendía en aquel entonces que era un ácido graso monosaturado, ni que era el carbono 22 o el 24 de la cadena, ni que era el famoso ácido oleico o el ácido erúcico (sustratos importantes para la elaboración del aceite de Lorenzo.) Pero si entendí la desesperación por buscar una solución al problema de Lorenzo (la adrenoleucodistrofia).
Hoy ví la película y entendí muchos términos que en mi corta edad no supe entender. Entendí el punto de vista de los médicos, que necesitaban ensayos que den una esperanza para el uso del ácido erúcico. (Ya que estudios en ratones contraindicaban su uso por causar efectos colaterales cardiológicos.) 
Mucho de que hablar sobre esta película, pero sobre todo realmente la fé mueve montañas. Se las aconsejo, aunque ya es algo antigüa no hay duda de ello, pero vale la pena, y más porque es una película basada en hechos reales (de las que siempre me encantan.).


6 comentarios:

  1. Cosa curiosa, ésta semana es la segunda vez que veo que mencionan esa película.

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  2. ayyyy con este post ya se me fue el apetito y ahora ya no quiero mi tamal gemela.

    Pero es buen tema ese de ver con nuevos ojos lo que vimos en la infancia.

    pd. me gusta la sarandon

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    Respuestas
    1. porque se te fue el apetito?? ni que hubiera publicado fotos de esos momentos jee... ver de nuevo.. es increíble..
      WTPA!!

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