
Cuando llego el papa, me anime a ir con todos estos jóvenes. Por unos instantes recorde el momento en que ví al papa Juan Pablo II. Era 1989, yo aún niña pequeña. Mis padres estaban muy emocionados, nos vistieron a mi hermana y a mí, nos llevaron. Recuerdo mucha gente, muy emocionados por la llegada del Santo Padre. El único recuerdo posterior que tengo de ese momento, es que llegamos a casa (después de intentar ver al papa) y vimos en la tele su arrivo al aeropuerto de la ciudad de La Paz, cuando bajo el santo Padre de su avión y lo primero que hizo fue besar la tierra de Bolivia y dar su bendición a todo el pueblo Boliviano. Recuerdo que eso me emociono, porque yo dije ni nos conoce ni nada y ya nos quiere. Y ese momento se me quedo muy grabado no solo en la mente.
De pronto ya me encontraba en el metro camino a ver al papa en Madrid. Pero había muchos jóvenes, ví y escuche rezar en inglés y español el ave María, ví muchos curas, monjas, jóvenes, bailaban, gritaban, se recostaban en el suelo, se dehidrataban, comían, se dormían, cuidaban sus lugares como perros celosos, no dejaban que nadie se acerque porque todos querían ver al papa, pero debían ganarse su sitio... vi de todo. Como llegaban con gritos, canciones, banderas de todo el mundo y obvio me gusto ver una de Bolivia entre todas.
No alcance a ver al papa este año, no aguante entre estos jóvenes más que dos horas. Es que era mucha su carga enérgica y ya no sé si fue su fanatismo o que tenían, pero definitivamente no era lo que yo viví en 1989. Y decidí irme.
De lejos volví a ver a toda esta gente y lo único que me vino a la mente fueron los festivales de música tan famosos Woodstock, solo que yo decidí llamarlos Popestock...
Ya se harán una idea de lo que ví...